23 octubre 2017

Incendios forestales en el noroeste de España: Nadie tiene la culpa y todos un poco

Incendios forestales en el norte de España

Este titular puede parecer controvertido, pero es que la situación lo es.

Irene Alonso, responsable de Tutorías de Medio Ambiente, nos habla sobre los incendios forestales ocurridos en el noroeste de España. 

 

Todos somos conscientes de que la climatología, de un tiempo  a esta parte,  está  trayendo  consecuencias desastrosas  para nuestro  medio  ambiente,  y digo medio  ambiente  tanto  natural como urbano: no solo un clima soleado, con altas  temperaturas y  falta de precipitaciones provoca sequía, que se echen a perder cultivos, desertización, sino también  acumulación de contaminación en las ciudades que excede los límites Legales permitidos con creces. Y quién no quiera ver que el cambio climático es un hecho, es que está ciego.

 

Estas condiciones ambientales tan poco favorables, son en cambio idóneas para que un incendio forestal, sea intencionado o no, prospere y se propague. Si a esto le añadimos  un viento huracanado como el que soplaba en la costa noroccidental de España a causa del huracán Ophelia, la virulencia de un incendio se multiplica, a la vez que se multiplican las dificultades para su extinción.

 

Dando por hecho en que la mayoría de los incendios ocurridos estos días son intencionados  (cierto que no está probado al 100% pero sí al 90%),  el problema no está en quién enciende el mechero y prende el monte, sino en quien los utiliza de forma  maléfica  con un objetivo. Desgraciadamente, y los habitantes de los pueblos afectados  por los incendios lo dicen de forma tácita, se suele saber quién provoca el incendio pero no lo dicen, ¿por qué?  Se sabe  que se realizan quemas “controladas” de pasto  que  deben estar controladas por los organismos ambientales competentes, y que estas quemas en muchos casos se “descontrolan” provocando conatos o incluso incendios de pasto y hasta forestal. ¿Por qué?

 

La recalificación de los terrenos incendiados no es la respuesta  a estos interrogantes. Ni la Ley de Montes del 2003, modificada en el 2015, favorece este hecho, ni las leyes autonómicas relativas  a los usos del suelo lo refrendan a día de hoy. Cierto es que la propia Ley de Montes,  que es tajante en cuanto a que un terreno forestal incendiado no puede sufrir un cambio de uso a ningún otro uso hasta que no pasen 30 años desde el incendio. Además, se prohíbe toda actividad incompatible con la regeneración  de la cubierta vegetal, durante un periodo que determina la propia Comunidad  Autónoma con su legislación. Ahora bien, aquí es donde está el quid de la cuestión: la legislación  de las Comunidades Autónomas,  ya que éstas tiene potestad de legislar en esta materia, sin contradecir  lo que marca la legislación  estatal. Si hay excepciones en los cambios de uso del suelo forestal quemado, esta responsabilidad  recae exclusivamente en las CCAA. Y estas excepciones son las siguientes:

 

  • Siempre y cuando, con anterioridad al incendio  forestal, el cambio de uso hubiera  estado  previsto  en un instrumento de planeamiento  previamente  aprobado  o en un instrumento de planeamiento pendiente de aprobación (si ya hubiera sido objeto de evaluación ambiental favorable  o, de no ser esta exigible, si ya hubiera sido sometido al trámite de información pública) se podría permitir.

 

  • Posible existencia de una directriz de política agroforestal que contemple el uso agrario o ganadero extensivo de montes no arbolados en estado de abandono.

 

  • Con carácter  excepcional las  CCAA podrán acordar el cambio de uso forestal cuando concurran  razones imperiosas de interés público de primer  orden que deberán ser aprecia das mediante ley, y siempre que se adopten las  medidas compensatorias  necesarias  que   permitan recuperar una superficie forestal equivalente a la quemada. Tales medidas compensatorias deberán identificarse con anterioridad al cambio de uso en la propia ley junto  con la procedencia del cambio de uso.

 

Pero ni Galicia, ni Asturias ni Castilla León, actualmente, han regulado  estas excepciones mediante  ley. Por lo tanto, no se va a construir  en los terrenos incendiados hoy por hoy.

 

Sin embargo, hay que mencionar otro aspecto fundamental que creo que es crucial para evitar o reducir la virulencia de los incendios forestales en España, ya que nuestras  condiciones climáticas y de vegetación no ayudan: la PREVENCIÓN. La limpieza de los bosques durante todo el año es fundamental, el desbroce del sotobosque,  la eliminación de árboles  caídos y, de madera muerta, en definitiva el mantenimiento de nuestros  montes. Esto requiere de inversión del estado y  de las comunidades  autónomas,  pero  qué  mejor inversión que ésta.  Invertir en  brigadas profesionalizadas que trabajen todo el año, no sólo durante la campaña de incendios, en el mantenimiento del bosque,  de nuestros  montes,  de nuestro  patrimonio  natural, que es de todos en general y de nadie en particular.

 

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Irene Alonso Pelegrina
Responsable de Tutorías de Medio Ambiente, Calidad y Desarrollo Sostenible de EUDE Business School

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