Medir el impacto de las acciones de una organización demuestra que se cumplen nuestros objetivos de sostenibilidad y poner en valor las medidas que se han adoptado. La medición de impacto es un proceso largo de aprendizaje continuo, por eso, cualquier paso en esta dirección es un avance hacia un modelo de sociedad más inclusiva, justa y sostenible.
Mientras que en el campo ambiental ya existen estrategias de medición más estandarizadas y consolidadas, en el campo social no hay un consenso ni tampoco un marco de referencia único, aún existiendo metodologías con más de 20 años de existencia.
Todas estas metodologías tienen enfoques, alcances y procesos particulares que hacen que necesiten ser adaptadas a cada empresa en concreto y a la vez ello hace difícil que puedan usarse para establecer comparaciones de resultados y por tanto que sean adoptadas como estándares.
El primer paso es tener claro qué quieres conseguir, definir una propuesta de valor clara sobre el impacto que quieres generar y las relaciones clave que van a hacer posible conseguir ese impacto.
La teoría del cambio es precisamente un método de análisis que te ayuda a definir cómo un conjunto de acciones y relaciones contribuyen a la generación de ese impacto. Para trabajar con este método, es fundamental tener ambiciones claras del fin último que se quiere conseguir.
Una vez se tiene definida esa ambición y el cambio que se quiere generar, hay que identificar los principales agentes involucrados y la profundidad que tiene ese impacto que queremos generar en su vida.
Primero analizaremos quién es el beneficiario de lo que queremos conseguir. En ocasiones pueden ser personas, familias, comunidades pero también el propio planeta a través de la disminución de emisiones o protección de especies por ejemplo.
Lo segundo que hay que estudiar en este apartado sería la profundidad del impacto que queremos generar, es fundamental saber cómo nuestra actividad le va a cambiar la vida a esas personas o al entorno en el que vivimos. Esto es fundamental para saber priorizar esfuerzos y apostar por proyectos que sean verdaderamente transformadores.
Tras identificar nuestro propósito y los agentes claves, podemos empezar a pensar en objetivos concretos y KPIs de referencia. Este es uno de los puntos críticos porque se definirán las variables clave sobre las que hacer seguimiento a lo largo de cualquier proyecto de impacto. Es importante apoyarse en herramientas de referencia para llevar a cabo esta labor y hay pocos sistemas que hayan conseguido tanta aceptación como Iris.
Hay distintas formas para medir y hacer seguimiento de tu proyecto de impacto según la ambición y los indicadores seleccionados. Por mucho que se tenga un criterio muy definido, si no somos capaces de medir esa variable de forma precisa, será complicado cumplir con los objetivos.
Según el tipo de impacto que se busca generar, la forma de obtener los datos puede ser muy diversa: apoyarse en tu canal principal y las posibilidades de medición, crear una nueva herramienta de medición directa, apoyarse en sistemas de medición de terceros, recoger datos públicos ofrecidos por el gobierno, realizar cuestionarios a las personas beneficiarias o desplegar sensores que lo midan en tiempo real.
Lo importante es tenerlo claro desde el principio para poder hacer un seguimiento según avance el proyecto y comprobar que estamos generando los resultados que esperábamos.
El MBA Oficial en Administración y Dirección de Empresas de EUDE tiene reconocimiento Oficial a través de la Secretaría de Educación Pública de México (SEP) con RVOE No. 20181415.
Con una experiencia de más de 25 años formando profesionales y emprendedores de más de 40 nacionalidades diferentes, este máster está posicionado como uno de los 5 mejores MBA de habla hispana según el Ranking Hamilton, habiendo recibido también reconocimientos de Forbes, Financial Times o DBK.
Hay un factor clave que tiene mucha más influencia en todo de la que creemos, casi nadie piensa en él y, en buena parte, es responsable de que gastemos de más. Es lo que conocemos como conveniencia.
La conveniencia es un factor clave muy ignorado para la mayoría, cuyo poder, sin embargo, es conocido en la ingeniería y economía del comportamiento, que se aplica en campos como el marketing o el diseño. De hecho, ha sido la tecnología la que más la ha empleado en los últimos tiempos, con un éxito sin precedentes.
La conveniencia es la razón, por ejemplo, por la que las tarjetas de crédito, los bizums o los pagos NFC están arrinconando al efectivo como medio de pago. No tienes que llevar dinero en el bolsillo, no pesa, no hay que pasar primero por el cajero para poder pagar algo, es la misma conveniencia la que hace que gastemos más que cuando pagamos por el medios tradicionales.
El efectivo es más inconveniente y, como muchas de las compras son innecesarias y motivadas por picos de emoción, producidos por el marketing o disparadas por el mero poder del contexto, quien se ciñe a pagar con dinero físico ahorra más.
El móvil se ha comido al ordenador porque es más conveniente. Siempre en el bolsillo, siempre dispuesto y conectado, te resuelve las cosas en un segundo. En lo que tardas en ir al ordenador, que arranque y abra el navegador, el teléfono ya te ha encontrado lo que buscabas, desde el sofá y solamente hablándole.
Está demostrado que si tienes una aplicación móvil estás perdido, porque es sacar el teléfono y deslizar un dedo para comprar, y ya esta. Han apurado al máximo haciendo que dicha compra, en un instante, desde cualquier sitio y en cualquier momento, no cueste nada.
Un gran ejemplo de conveniencia es Netflix, la actual fragmentación del streaming y su declive tras decisiones dudosas de otro tipo, su experiencia de usuario ha sido netamente superior y siempre basada en aumentar la conveniencia. Esa conveniencia resultaba insuperable cuando era el sitio donde tenías todo con un clic, de modo que barrió buena parte de la piratería de un plumazo, algo que se consideraba invencible. Dio pie a que se generalizaran las maratones de series, cambiando el consumo del entretenimiento para siempre.
El Máster en Finanzas y Dirección Financiera aporta los conocimientos fundamentales para que el alumno pueda desarrollar su carrera profesional en entidades financieras, así como para realizar inversiones personales y funciones de asesoramiento financiero.
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Ha llegado. El día más triste del año, conocido como Blue Monday, es hoy, lunes 16 de enero. Aunque muchos empezaron a celebrarlo erróneamente la semana pasada –en Twitter varios usuarios compartían lo triste que estaban relacionándolo con esta famosa jornada–, el tercer lunes del año es el que comúnmente se considera como el más deprimente.
El concepto del Blue Monday nació en 2005, cuando la consultora de comunicación Porter Novelli, y uno de sus clientes, la agencia de viajes británica Sky Travel, lanzaron una nueva estrategia de marketing. La consultora estadounidense encargó un estudio a Cliff Arnall, investigador y ex-colaborador de la Universidad de Cardiff, para establecer cuál es el día más triste del año. Arnall ideó una fórmula matemática que incluía elementos como el clima, la situación laboral, los propósitos fallidos del año, la cuesta de enero tras las vacaciones y las motivaciones. Los resultados de este “estudio” fijaban ese día en el tercer lunes del año. De esta manera, idearon una campaña para animar a los consumidores a contratar viajes y escoger destinos de ensueño que pudieran eliminar, o al menos aliviar, su tristeza pensando en la próxima gran aventura.
Pese a que el Blue Monday –conocido así porque el azul es el color con el que se identifica la tristeza en el mundo anglosajón– no tiene ninguna base científica que lo sustente, la campaña fue todo un éxito y se volvió muy popular entre la opinión pública. Carlos Viera, director del máster en Marketing Digital de EUDE Business School, explica que este día se ha vuelto tan extendido por la difusión en los medios de comunicación y en las redes sociales. “Ha sido una oportunidad para que las empresas promuevan sus productos o servicios como una forma de combatir la tristeza. En esta fecha vemos una carga especial de ofertas de productos relacionados con el bienestar emocional, ya que esto podría atraer a los clientes que están buscando una forma de combatir la tristeza o el aburrimiento que se supone que ocurre en esa fecha”.
Los efectos del Blue Monday se pueden ver en las redes sociales, donde cada año se convierte en tendencia, pero sobre todo en las campañas de publicidad de la mayoría de las marcas, que en ese día apelan a las emociones de los consumidores a través de descuentos especiales en ropa o productos de belleza, tarifas rebajadas para reservar el próximo viaje, o un 2×1 para pedir tu plato favorito. El objetivo es claro: subir el ánimo de las personas, aunque sea solo por un día.
“Las marcas hacen un esfuerzo por relacionarse con el bienestar emocional, teniendo como objetivo generar una conexión emocional con sus clientes y aumentar la conciencia de marca. Este día también puede ayudar a las empresas a generar interés en sus productos o servicios durante una época del año en la que las ventas pueden ser más lentas y difíciles. El carácter promocional de las propuestas que vemos en estos días, ayuda a las compañías a lograr un incremento de sus ventas, pero no necesariamente de sus beneficios”.
Si tú también quieres volverte un genio del marketing y marcar nuevas tendencias, desde EUDE Business School te invitamos a echar un vistazo al máster en Marketing Digital, que prepara los alumnos a liderar proyectos de estrategia online. Con este máster, puedes conocer todas las herramientas y técnicas de Marketing Online en sus diferentes ámbitos, como SEO, SEM, Analítica y Usabilidad Web, Social Media, Big Data, CRM, Mobile Marketing, E-Commerce.
Netflix lleva avisando varios meses de que tomaría medidas con el uso de las cuentas compartidas entre varios usuarios, y el momento ha llegado: este 2023 tomará medias serias para paliar este uso “indebido” de la plataforma. Sigue leyendo y decubre qué medidas tomará el gigante del streaming.
En algún momento iba a ocurrir: Netflix lleva tiempo haciendo la vista gorda con el uso compartido de contraseñas, a pesar de que infringe las condiciones de servicio de la plataforma de streaming. Netflix se podía dar el lujo de mirar hacia otro lado cuando le iba bien, pero sus recientes problemas le están obligando a encontrar nuevas formas de sumar abonados e ingresos. Netflix perdió casi un millón de abonados entre abril y julio, a medida que más gente decidía abandonar el servicio.
La plataforma quiere ingresos, pero los abonados se oponen y niegan pagar más por perfiles individuales, generando un debate que sigue vigente a día de hoy. El objetivo de la plataforma no es otro que evitar que la gente comparta su cuenta con personas ajenas al hogar familiar. Según cálculos, al menos el 54% de las cuentas en España son compartidas, un número muy alto para la plataforma.
Durante las pruebas en Argentina, Honduras, Guatemala, El Salvador y República Dominicana, el servicio de streaming puso en funcionamiento el concepto “Hogar Netflix” para evitar que usuarios que vivieran fuera de la casa principal pudieran utilizar el servicio con una contraseña compartida y sin pagar. Además, estableció un sistema de verificación para cambiar de hogar en caso de que los usuarios de la casa principal se encontraran de viaje.
Muchos usuarios comparten contraseñas de servicios de streaming, pero esto también puede ser malo para la seguridad. La gente suele elegir contraseñas débiles y sencillas, fáciles de recordar, y además las repiten en todos los servicios. Las contraseñas se pueden compartir de forma segura utilizando las funciones de varios gestores de contraseñas, pero mucha gente no conoce estas funciones o no las utiliza.
El giro en la estrategia de Netflix, acertado o no, debe entenderse en el contexto actual de la industria del streaming. El servicio codirigido por Reed Hastings ya no es el rey indiscutible de los contenidos bajo demanda, título que ostentó durante mucho tiempo. Ahora hay otros gigantes con gran presupuesto buscando su parte del pastel.
¿Has oído hablar del Smog? Nos rodea en las ciudades modernas, en algunas en mayor grado, en otras en menor cantidad. A continuación, te contamos como nos puede afectar en nuestra vida diaria.
El smog es una forma de contaminación del aire que incide negativamente sobre nuestra salud, ya que favorece la aparición de asma, alergias y otras enfermedades respiratorias. La denominación proviene del inglés y es una mezcla de smoke y fog (humo y niebla). Recibe ese sobrenombre porque semeja una niebla sucia. No obstante, no es una nube de humo sino que es una nube producida por la contaminación ambiental.
De hecho, podemos decir que el smog típico es el resultado de grandes cantidades de contaminación atmosférica. En especial, el humo de la quema de carbón y también de las emisiones de gases de los coches y de las industrias o fábricas. En muchas grandes ciudades, como en la capital de España, Madrid, se han implantado muchas medidas restrictivas en las cuales se indican que ciertos vehículos, con una antigüedad considerable y que provocan una contaminación mas alta, no podrán circular ni estar en el centro de la ciudad.
Para conocer las causas del Smog, tampoco es necesario irse demasiado lejos. Basta con mirar a la atmósfera y buscar el origen de los gases contaminantes que en ella se encuentran. Por ello, se pueden observar dos causas principales:
Actividad industrial: Las grandes fábricas trabajan todos los días del año y, en muchos casos, sus efectos son palmarios. La emisión de gases contaminantes no sólo afectan al aire, también al agua y al suelo. Al final, toda su zona de influencia, acaba siendo un páramo desértico.
Vehículos de combustión: Los vehículos de combustible fósil tienen los días contados. Poco a poco, los coches eléctricos se harán mayoría, liberando a la atmósfera de la contaminación que lleva décadas sufriendo.
En la actualidad, se pueden distinguir dos tipos de smog: sulfuroso y fotoquímico. Ambos igual de peligrosos y contaminantes, pero con orígenes distintos. Ahora, merece la pena saber algo más de cada uno.
Smog fotoquímico: Se da sobre todo en verano. Aparece cuando la luz del sol y el óxido de nitrógeno del ambiente, reaccionan. El ozono, presente en la atmósfera, es un elemento muy reactivo. Así, cuando contacta con contaminantes, se convierte en un elemento altamente tóxico, que deriva en una tremenda contaminación.
Smog sulfuroso: También conocido como contaminación industrial o reductor, es originario de ciudades históricamente industriales como Londres o Chicago. El motivo es que el carbón usado en las industrias, dejaba el aire lleno de óxidos de azufre. Éste, al combinarse con el agua en suspensión, deriva en el ácido sulfuroso. Este elemento es el que genera la peligrosa lluvia ácida.
Con el Máster en Dirección de Proyectos Ambientales y RSC podrás formarte en la planificación, desarrollo, gestión e implementación de proyectos pero con una perspectiva global de la Gestión Ambiental y su integración y gestión en la Responsabilidad Social Corporativa de la empresa, abordando los problemas de impacto ambiental.
Con el avance de la globalización, el comercio internacional es una actividad que ya no está destinada a unas pocas empresas, sino que involucra a muchas de ellas. Además, la pandemia y el parón del 2020 ha demostrado la importancia del comercio exterior, la logística y la planificación dentro de los mercados internacionales. Existen, por ello, muchos motivos por los que estudiar un Máster en Comercio Internacional.
Esta formación te capacita como especialista para diseñar un plan estratégico Internacional y para hacer frente a todos los retos que se presentan en el proceso de internacionalización de una empresa. Potenciando tu currículum vitae y aumentando exponencialmente tus posibilidades de inserción y mejora laboral.
El índice de inserción laboral que ofrecen estos programas es elevado, hasta el 93% de los titulados según los casos, y presenta unas expectativas salariales que rondan los 82.000 euros brutos anuales.
El Máster en Comercio Internacional y Dirección Estratégica pretende aportar al alumno una visión eminentemente práctica de las necesidades que tiene la empresa para internacionalizar su mercado. Internet ha conseguido que la globalización del mercado sea un hecho cada vez más necesario.